LA FOTO POÉTICA DE PEDRO HERRERA ORDÓÑEZ
Hasta el inicio de lo que llamamos fotografía, la gente comprendía en un sentido digamos “realista”, las fotos que contemplaba como un registro del tiempo, aunque no fuera experta en la materia. Las fotos, como las ilustraciones de libros se hacían para “enseñar” y ser comprendidas. Las imágenes posibilitaban que los “niños adultos” que no sabían leer, entendiesen “una enseñanza” a través de lo visual: tal era su función.
A partir de su invención en el siglo XIX, la fotografía se difundió rápidamente y se convirtió en un elemento más de la vida cotidiana. Ocho o diez generaciones de seres humanos han convivido con esta forma de representación seudo realista o más bien naturalista. A través de ella han visto cambiar sus ideas, sus formas de vestir, de retratarse, de crear o de destruir.
Pedro Herrera Ordóñez, pintor ecuatoriano, ha expuesto su obra en los principales centros culturales de Los Angeles, San Diego y Las Vegas, durante el año 2004. La crítica ha sido favorable para este hacedor ecuatoriano de ensueños y pesadillas visuales.
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